Muchos han visto el cristianismo como un club, en donde se practican los "protocolos", mientras se está en la área del club. Otros piensan que ser religiosos, llevar el nombre de alguna denominación o grupo religioso, nos hace cristianos, sin embargo, los discípulos realmente tienen principios que se convierten en valores que deben modelar en cualquier parte donde estén, tanto en la vida pública, como en la privada.