Hay un dicho que dice: "el que anda entre la miel, algo se le pega..." La sociedad consumista te enfatisa que lo que realmente necesitas es dinero, poder, influencia. Pero al final, todo esto es efímero, sin sentido y deja el corazón vacío. La Palabra de Dios nos enseña las verdaderas prioridades que siguen con nosotros hasta el fin.