La experiencia misionera de Pablo y Bernabé, en un mundo diferente con culturas y religiosidades le-janas a la cristiana, supuso para ellos un desafío y también, muchas veces, los enfrentó al peligro y a la tentación de culto a la personalidad, pero Dios los fortalecía en la fe. El evangelio nos presenta un episodio de mucha revelación e intimidad del Señor con sus discípulos, y más aún, la promesa del Espíritu Santo para comprender todo el mensaje recibido. ¡Maestro y Señor, qué bendición haber sido elegidos por ti para darnos a conocer tu amor!