La conversión de Saulo de Tarso marcará un antes y un después para la pequeña comunidad de cristianos en Jerusalén, porque su encuentro con el Señor resucitado lo llevará a identificarse con Él, hasta dar su vida. Para la Iglesia significará abrir sus fronteras y asumir su carácter de universalidad. El evangelio nos Interpela a descubrir el verdadero sentido de recibir el Pan de Vida, pues no sólo es estar con Jesús, sino ser asimilado por Él, dejándolo tomar posesión de nuestra existencia. ¡Señor, haznos dóciles a tu voluntad!