Bartimeo, sentado al borde del camino, es el símbolo de todos aquellos que, en medio de su oscuridad, anhelamos una luz que nos permita caminar y dar sentido a la vida. Jesús se acerca y le pregunta: “¿Qué quieres que haga por ti?”. Bartimeo no pide riquezas, poder o comodidades; su única petición es ver. Esta respuesta encierra el anhelo de cualquier alma que busca la verdad: contemplar, conocer y reconocer a Dios como fuente del Amor y de la vida.