Otro diácono se nos pone como ejemplo apostólico para nuestro hoy: Felipe. En medio de la persecución, evangeliza actuando con palabras y obras, liberando a muchos de opresiones. Todo ello trae alegría a Samaría. El evangelio nos presenta el discurso del Pan de Vida, que es el sustento para nuestro caminar, pero implica creer en el enviado de Dios y encontrar en Él la vida que no acaba. ¡Señor, eres nuestro alimento que nos compromete a acabar con el hambre en nuestro mundo!