En un pequeño pueblo costero, rodeado de montañas y cubierto por una espesa niebla que nunca desaparecía, se encontraba una antigua mansión conocida por todos como "El Refugio de la Niebla". Durante generaciones, los habitantes del pueblo habían hablado de ella con temor y respeto, ya que nadie había logrado adentrarse en sus muros sin sufrir extrañas desapariciones o experiencias inquietantes