Simeón, un habitante de Jerusalén en el primer siglo, también experimentó una profunda paz por causa de Jesús. Movido por el Espíritu Santo, fue al templo cuando María y José llevaron al bebé Jesús a circuncindar, como lo requería la ley.
Simeón, un habitante de Jerusalén en el primer siglo, también experimentó una profunda paz por causa de Jesús. Movido por el Espíritu Santo, fue al templo cuando María y José llevaron al bebé Jesús a circuncindar, como lo requería la ley.