la importancia de la comunicación consciente y la escucha activa, describiéndolas como habilidades fundamentales para mejorar las relaciones personales y profesionales.
La comunicación consciente implica considerar los sentimientos y necesidades de los demás para interactuar de manera más efectiva, mientras que la escucha activa se enfoca en comprender verdaderamente al interlocutor sin juzgar ni planificar respuestas.
Ambos conceptos se relacionan con la intención comunicativa, que es el propósito detrás de cualquier intercambio. Se presentan técnicas para practicar estas habilidades, como evitar interrupciones, prestar atención a las señales no verbales y utilizar preguntas abiertas.
Además, se destacan los beneficios de estas prácticas, incluyendo una mayor conexión emocional, comunicación efectiva y resolución constructiva de conflictos.