El libro de Hebreos pone un gran énfasis en Jesús como nuestro Sumo Sacerdote en el Santuario celestial. De hecho, la exposición más clara del Nuevo Pacto en el Nuevo Testamento se encuentra en el libro de Hebreos, con su énfasis en Cristo como Sumo Sacerdote. No es casualidad: el ministerio celestial de Cristo está íntimamente ligado a las promesas del Nuevo Pacto.