Hace muchos años, en un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques oscuros, se decía que las noches no eran tan tranquilas como parecían. Cada luna llena, los aldeanos hablaban de un extraño susurro que se escuchaba entre los árboles, un murmullo casi imperceptible que solo los más valientes se atrevían a investigar. Sin embargo, nadie regresaba para contar qué había detrás de esa sombra que se deslizaba entre las ramas.