Lo ideal es que una pareja sea un equipo en dónde la suma de ambas partes produzca una tercera entidad (la relación ) más fuerte y más estable que cada una de sus partes, pero esto no puede suceder cuando estamos en una relación desbalanceada, cuando uno de los dos da más, tiene más, busca más, y el otro se aguanta o se resigna con tal de no decir nada para no perder la relación, o con tal de no estar solo o sola, se crean resentimientos y se provoca una relación sin equilibrio que no podrá subsistir de una forma sana a menos que se equilibre, y si esto no es posible, habrá que terminarla.