¡Vuelve el FIB! Allí estuve 25 años seguidos, pero... ¿debería regresar? Atrás quedaron los tiempos de la vanguardia indie y los carteles plagados de grandes estrellas. Benicàssim ya no es más que una excusa para "pasarla bien", como dicen los chicos de Carolina Durante. Apenas el buen gusto pop de The Lathums, o el empuje de Circa Waves nos animan a curiosear un poco en el cartel de este año, y casi que sólo encontramos comercialidad pseudo-indie dispuesta a prender la mecha de la fiesta. Tengo miedo de que me invada el síndrome de James Hetfield y tirarme al suelo envuelto en lágrimas; aún así, podría dejarme convencer y soñar que todavía soy joven. Call my name!