Cristianos a veces hablan de si mismos como si fueran basuras quienes han sido salvadas por gracia. Claro que nuestra vida en pecado no fue nada bueno, pero Dios decidió amarnos, según Juan 3:16 y Romanos 5:8 y 10, antes de que nos salváramos. Dios debe ver algo en nosotros que es bueno y digno de salvar y restaurar. La Biblia habla tanto del valor del ser humano, como menciona su pecaminosidad.