En un momento en el que la música urbana parece que ha

tomado un registro homogéneo y monocorde, replicando recursos hasta el

hartazgo, es estimulante que quede demostrado, una vez más, que es a través

de los nombres propios femeninos donde seguimos encontrando las propuestas que

consiguen salirse de tiesto, aportar otros matices, presentar otras narrativas

y proyectar un rap que no solo no suena descartable y perecedero, sino que

suena a futuro.

La uruguaya Eli Almic lleva ya unos cuantos años siendo

un referente en el sonido urbano no solo de su país, sino de toda habla hispana. Es

inevitable que cuando escuchemos sus canciones haya una asociación inmediata

con nombres como los de la chilena Ana Tijoux o la andaluza Gata Cattana: hay

mucho de poesía, de crítica social, de reivindicación feminista y, sobre todo,

de visión musical más allá de los patrones establecidos. Pero con su esperado

nuevo álbum, que llegó en los últimos compases del olvidable 2020, da un paso

más en la batalla a la conquista de un espacio musical autóctono.

“Días Así” fue construido entre la propia Eli Almic y

Migue Nieto, quien habitualmente ejerce de bajista en su banda. Un trabajo

mucho más orgánico en la construcción de las bases, pero que también recupera

el espíritu del rap de finales de los ’90 (la cultura del scratch, casi

olvidada, tiene mucha presencia, gracias a la participación de DJ RC), samplea

a Eduardo Galeano y hace ojitos al sonido de aquel magno proyecto que fue el

Kase.O Jazz Magnetism o a artistas capitales del ‘rap tocado’ como A Tribe

Called Quest, The Roots o The Pharcyde, entre otros.

Diez canciones que basculan entre el jazz-hop, la spoken

word rapeada y la pirotecnia verbal, y en donde los beats suenan tan cerca de

un trap orgánico como de un candombe post-millennial: tanto cuando canta

sobre las presiones del mercado, los vínculos, la sororidad como hallazgo y

necesidad, la ambición o el miedo, el poderoso verso de Eli Almic resuena

universal. Ojalá este álbum certifique su definitivo asalto al mundo.

Alan Queipo