Bienvenidas y bienvenidos a Acercándonos a Escuchar, un espacio donde la música se convierte en un puente que une culturas, épocas y emociones.

En cada episodio, exploramos cómo los sonidos moldean nuestra percepción y transforman nuestra manera de habitar el mundo.

Este podcast es una iniciativa de la Casa de las Artes, perteneciente a la Dirección de Vinculación con el Medio de la Universidad Austral de Chile, sede Puerto Montt.

Creemos que cada nota y cada ritmo nos guían hacia algo más grande: un reflejo de nuestra humanidad compartida y de las historias que nos conectan.

Hoy viajamos al siglo XIX para conocer a una figura poco reconocida pero profundamente significativa: Emilie Mayer, compositora y escultora alemana del Romanticismo.

Nacida un 14 de mayo, fue la tercera de cuatro hermanos. Su madre murió cuando Emilie tenía apenas dos años, un hecho que marcó profundamente su infancia.

Desde muy pequeña, comenzó a tomar clases de piano con un exigente organista, su primer maestro, quien sembró en ella una disciplina férrea y una conexión intensa con la música.

En 1840, tras la muerte de su padre, su vida dio un giro decisivo: se trasladó a Stettin, donde recibió lecciones de composición de Carl Loewe, quien la introdujo en las corrientes musicales de su tiempo.

En 1842 compuso su primera obra. Más tarde, en Berlín, estudió contrapunto con Adolph Bernhard Marx e instrumentación con Wilhelm Wieprecht. Para entonces, Emilie Mayer ya era una compositora reconocida, cuyas obras se interpretaban con frecuencia en la capital alemana.

Además de su talento musical, también destacó como escultora. Viajó a Múnich y Viena, donde se estrenaron obras como su Cuarteto de cuerda en La mayor y el Trío con piano en re menor.

En 1862 regresó a Stettin, donde residió un tiempo con su hermano Alexander y se dedicó plenamente a componer y difundir su música, consiguiendo incluso publicar sus obras con la editorial Bote & Bock.

Finalmente, en 1876 se estableció nuevamente en Berlín, donde vivió hasta su muerte en abril de 1883, a los 70 años.

A continuación, los invitamos a escuchar el primer movimiento, Allegro di molto e con brio, de su Trío para piano en Si menor, Op. 16, interpretado por el Trío Vivente.

Gracias por acompañarnos en este viaje musical. Nos reencontramos en el próximo episodio de Acercándonos a Escuchar.

Hasta entonces, recuerden: en cada nota hay una historia, y en cada silencio, una oportunidad para descubrir algo nuevo.