BAJANDO UN ESCALÓN (reflexión) Cometemos una y otra vez los mismos errores, lastimamos a quien amamos y abandonamos a quien nos importa, aunque sabemos que no habrá frutos tomamos las mismas desiciones, caminamos por sendas conocidas por incorrectas, hablamos sin pensar, abusamos de nuestro cuerpo, descuidamos nuestras almas y ni así conquistamos nuestra meta, enfermamos pero no morimos, o es que estamos muertos en vida pues hace tiempo no vivimos. ¿Cuándo fue la última vez que reímos hasta que nos doliera la panza, que bailamos a media avenida o que abrazamos a un desconocido en la plaza? ¿Por qué esperar a que mamá enferme para ir a visitarla? ¿Cuánto dinero debemos ahorrar para tomar vacaciones? ¿Qué señal del cielo necesitamos para entregarnos a Dios sin limitaciones? Trabajamos sin descanso, complacemos a desconocidos y corremos más que nadie para ser siempre el primero, sí, muy bien, pero, ¿y la felicidad que? como dijo Canserbero.
No, ya no, basta de vivir cansado por subir escalones, no sé tú, pero yo estaría bien incluso si bajo un par de posiciones, después de todo ser el número uno nunca fue una de mis grandes ambiciones, y pienso, que un auto más barato me llevará al mismo destino, mi estómago se llena igual si como en un restaurante gourmet o en el puesto de tacos de mi vecino, me olvidaré de las vacaciones en Europa, tomaré mi mochila y unos pesos y viajaré con mis seres amados por mi hermoso Mexico, dejaré de trabajar horas extras para llevar a mi novia y mis hijos a parques temáticos, en su lugar llegaré temprano a casa, de buen humor y los haré reír con juegos clásicos, no me estresaré de más por mi trabajo, mejor amaré tanto a mi mujer que si me despiden ella se quedará conmigo aún si hay que empezar nuevamente desde abajo, y por favor, que quede claro que no estoy hablando de conformismo, no, estoy hablando de luchar más duro que nunca, pero solo en lo que en realidad es importante para uno mismo.
#EmmanuelMRizo