El fuego de la creación, es el deseo. Cuando deseas algo a tal punto que te dispones a poner toda tu energía en ello, en algún momento se hará real. ¿En dónde se encuentra el fuego de la creación? En el mismo lugar de donde nacen otros seres humanos: en tu sexualidad.

Tu energía sexual estimula la necesidad del acto sexual, pero también la necesidad de replicar en el mundo exterior, las necesidades de tu mundo interior. Estimula la necesidad de manifestar una idea, en la realidad. De hacer tangible, lo intangible. Visible lo invisible. De hacer posible, lo imposible.