Esta es la historia de un emprendimiento un poco bizarro...se trata de cultivar grillos, convertirlos en polvo y luego utilizarlo para hacer una barrita de proteína. ¿Se atreverían a comer algo así?
Seguro dicen que no, pero dejémonos de varas, todos nos hemos comido una hormiga, un gusano y ¡hasta un moco! Por lo menos de chiquillos.
Claro que es un poco raro (y tabú) decir que uno come insectos...por lo menos en nuestra sociedad. Sin embargo, en los negocios y para emprender, lo controversial, lo raro y las sorpresas generan emociones, producen resultados inesperados y hasta pueden llegar a generar nuevas tendencias.
Para Andrés Muñoz su proyecto inició así, con algo extraño, pero pronto descubrió que, a veces las barreras de entrada, pueden ser el trampolín que necesita su idea. Su empresa Gricket House, parecía una idea improbable, porque ni él se imaginaba que la gente se iba a apuntar a probar su nuevo producto a base de polvo de grillo.
Como decimos: "la curiosidad mató al gato" y el boca a boca creo su efecto viral para que estas barritas estén, inclusive, agotadas en el mercado, porque son la nueva tendencia de alimentos saludables.
Controversial, raro y divertido. Esta ha sido la receta, la fórmula mágica para crear interés y luego cumplir una promesa de una idea que suena, y que también sabe rico...
Los invito a conocer la historia de este joven de 21 años que está rompiendo barreras y varios paradigmas, y que nos está enseñando a todos que, Comer Insectos es...¡Pura Vida!