Salsa Picotera Vol. 1
En Barranquilla, la Puerta de Oro de Colombia, durante la década de 1930 hubo una disminución de los precios de las victrolas o gramófonos que los hicieron accesibles a diferentes sectores de la sociedad, apareciendo así los primeros tocadiscos adaptados a una generación de Picó incipientes.
En la década de 1950, la voluntad de goce a partir del Picó se asentó en las cantinas. Poco a poco los traganíqueles o rockolas fueron reemplazados y las selectas programaciones musicales se hicieron cada vez más apetecidas y habituales. Es justamente la música cubana, la guaracha, el guaguancó, el mambo, los danzones, la guajira, el chachachá, la pachanga, acompañada de la salsa neoyorquina, la música jibara de Puerto Rico, el vallenato y el porro, lo que se escuchó mayoritariamente en los Picó de la época.
Debido al buen recibimiento que tuvo el Picó en las cantinas muchos dueños decidieron sacarlos a la calle a acompañar musicalmente las fiestas de las verbenas. Sería el escenario social de la verbena la gran plataforma que catapultó al Picó sacándolo de una vez por todas del establecimiento cerrado a la calle.
Fue la vida festiva barrial de Barranquilla y el sustrato social de la verbena donde el picó encontró una alianza estratégica para difundir las músicas populares