Alberto va todo el camino a casa de Xiana pensando en la manera de escaquearse. Por suerte, cuando están delante del puesto de filloas, a punto de comenzar con el plan, aparecen unas turistas que le gustan a Andrés y ambos acaban marchando con ellas, librándose de tener que "entretener" a Salva; aunque tendrán que volver a rematar el trabajo.