Angustia y aflicción han venido sobre mí, Pero Tus mandamientos son mi deleite.

Ríos de agua descendieron de mis ojos, Porque no guardaban tu ley.

La exposición de tus palabras nos da luz, y da entendimiento al sencillo.

Tu siervo soy: dame entendimiento  y llegaré a conocer tus estatutos.

Tú eres mi escondite y mi escudo;  en tu palabra he puesto mi esperanza.

Señor, es mucho lo que he sufrido;  dame vida conforme a tu palabra.

!!Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.

¡Cuánto amo tu enseñanza! ¡Todo el día medito en ella!

Jamás me olvidaré de tus preceptos, pues por ellos me has dado vida.

Si tu ley no fuera mi regocijo,  la aflicción habría acabado conmigo.