La época navideña llega llena de colores vibrantes y hermosos adornos que crean un ambiente festivo y alegre. Las canciones, con sus versos de amor y paz, nos invitan a viajar al pasado de Belén. En medio de esta celebración, recordamos una canción que dice: "¡Navidad de flor de coco, Navidad del Paraguay! Ya está el pesebre adornado, el Niño en su lecho está, los ángeles cantan ¡Gloria!, las estrellas brillan más." Desde el cálido Paraguay, en Sudamérica, compartimos experiencias navideñas con nuestro invitado, Ramón Agüero.

Por toda la cordillera América está de fiesta es la Navidad que llega con su noche de paz. La noche buena es el tiempo de compartir con mi familia. En mi corazón yo siento gozo y paz en este día. Los niños son la esperanza de este mundo en que vivimos. Hoy tendremos el honor de escuchar a la persona quien grabó esta maravillosa canción navideña, América está de fiesta.

Es un verdadero placer de tener como invitado a nuestro buen amigo Miguel Ángel Guerra.

En muchas familias, no siempre es posible disfrutar de una cena navideña como lo dicta la tradición. Las necesidades de la vida a veces hacen que la Navidad no sea tan feliz como nos gustaría. Hoy queremos compartir con ustedes una historia conmovedora, la de un niño que, en su pobreza, clamó a Dios por una cena de pavo. Hoy, siendo adulto, Diego Castro desde Ecuador nos cuenta esta experiencia y, al recordar ese momento, sigue sintiendo ese nudo en la garganta.

Hay momentos en la vida en los que tomamos conciencia de lo frágil que puede ser la salud. Todos solemos vivir nuestras vidas con normalidad, sin mayores preocupaciones, hasta que, de repente, todo cambia. Un día, después de una consulta médica, nos dicen las palabras que jamás imaginamos escuchar: "Tienes cáncer". En ese instante, la desesperación, el miedo y la incredulidad pueden apoderarse de nosotros. Nos asaltan preguntas como el porqué, el cómo, y sentimos que el mundo se derrumba a nuestro alrededor. Hoy nos acompaña una invitada que vivió en carne propia esa experiencia. El diagnóstico de cáncer irrumpió en su vida, y hoy compartirá con nosotros cómo enfrentó ese tremendo desafío. ¿Cómo procesó la noticia? ¿Qué la motivó a seguir adelante? La respuesta la encontraremos en la historia de Francisca.

Un accidente aparentemente inofensivo cambió la vida de Anita Morán cuando, a los seis años, un golpe en la cabeza le provocó un desprendimiento de retina, dejándola ciega. A pesar de la oscuridad que invadió su mundo, Anita nunca dejó de soñar ni de alabar a Dios. Hoy, como cantante dedicada a Dios, nos comparte cómo, a pesar de perder su visión física, encontró en la luz de Cristo una esperanza más grande que cualquier limitación.

En el manual de nuestro Papá Dios encontramos palabras llenas de fe y esperanza. Él nos promete que cuando compartimos estas verdades, no regresan vacías. Además, nos enseña a instruir al niño en su camino, y aunque crezca, no se apartará de él. En el episodio de hoy, tenemos el privilegio de escuchar a nuestro invitado, quien nació y creció en un hogar cristiano, recibiendo la enseñanza de la Palabra de Dios. Sin embargo, debido a las pruebas y circunstancias de la vida, se apartó del camino de fe. A pesar de eso, la semilla sembrada en su corazón un día volvió a florecer. Edier, un joven colombiano hijo de un policía, nos relata su historia: aunque creció en un hogar cristiano, llegó un momento en que perdió el interés por la fe y la iglesia. Pero fue en un centro de discipulado donde tuvo un encuentro personal con Dios, lo que cambió el rumbo de su vida por completo.

Una niñez marcada por el dolor, la pobreza y la ausencia de padres deja cicatrices profundas, que a menudo se traducen en sentimientos de inferioridad y frustración, abriendo el camino hacia decisiones erróneas y comportamientos destructivos. Esta realidad afecta a miles de niños que, sin apoyo adecuado, terminan en la cárcel o en el cementerio. Muchos padres luchan por ofrecer una vida mejor, pero se sienten impotentes, mientras que las autoridades a menudo adoptan una postura pasiva. En este programa, Miguel Florentín compartirá su historia personal, mostrándonos cómo, a pesar de haber tomado decisiones equivocadas, logró transformar su vida y convertirse en una nueva persona.

Un diagnóstico médico inesperado puede transformar por completo el entorno en el que vivimos, como seres humanos, sentimos que no podemos revertir; uno que parece definir nuestro futuro y, en ese momento, nos hace dudar de la posibilidad de volver a encontrar la felicidad. Esta es la historia de Astrid y Walter, quienes nos acompañan desde Guatemala. Poco después del nacimiento de su hijo, notaron que su desarrollo no seguía el ritmo esperado. Tras acudir al hospital, los médicos les dieron un diagnóstico devastador: su hijo no sería un niño "normal", no podría hablar ni caminar. Sin embargo, en medio de esa incertidumbre, Astrid y Walter descubrieron algo profundo y conmovedor: en su hogar había una sonrisa especial, una fuente de esperanza que, a pesar de todo, les recordaba que el amor y la fortaleza siempre pueden encontrar su camino.

Hay un refrán que dice: "La curiosidad mató al gato". Esta frase refleja la experiencia de muchas personas que, al querer probar o explorar algo, pueden quedar atrapadas en una trampa oscura y desesperanzadora. Este es el caso de nuestro invitado de hoy. Por curiosidad, comenzó a consumir drogas en compañía de amigos de su adolescencia. Lo que inició como un simple experimento lo llevó a un mundo sombrío, donde llegó a vender su propia ropa o a robar en casa para conseguir dinero y calmar su adicción. Pero no se preocupen, porque también escucharemos cómo terminó esta historia y los cambios que ha logrado en su vida. Leandro, un joven de Ecuador, es nuestro invitado de hoy.

No he puesto mi fe en las cosas que veo, Pues sé que algún día se habrán de acabar. He puesto mis ojos arriba en el cielo Espera mi alma por tu eternidad.

No cambio tu gracia por falsas promesas. Que quieran moverme de tu autoridad He puesto mi vida completa en tus manos. Y espero confiado en tu fidelidad.

Así dice el coro de la nueva canción de Miguel Ángel Guerra, un cantante nacido en Nueva York de padres hondureños. En una conversación con Heriberto, Miguel compartió cómo surgió este nuevo material y también habló sobre su camino hacia la fe en Jesucristo.