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Palabra de Dios: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7
Perlas: Dios Padre nos ha dado muchos dones y regalos, pero sin duda, uno de los regalos más grandes que Dios ha dado a la humanidad, es el regalo del poder de la oración. Piensa en el poder de la oración. Piensa en la posibilidad de llegar delante del trono del Dios Todopoderoso, Aquel que creó todas las cosas por Su Palabra, Aquel cuyo poder no tiene límites. Aquel que no conoce la derrota, Aquel que es infinitamente sabio, Aquel que te ama con amor eterno y que anhela bendecirte con toda bendición. Piensa en esto. Toma unos instantes para procesar esta verdad…el poder que existe en la oración.
Al meditar en esto…piensa también, ¿por qué la tendencia a descuidar nuestros tiempos de oración? ¿Por qué tantas luchas para orar? Piensa en cuántos años viviste sin orar. Piensa en los meses sin oración. Piensa en los días que dejas pasar sin orar. Muchas veces no entendemos que al descuidar el regalo de experimentar el poder de la oración, estamos desechando el regalo más poderoso que se nos ha concedido.
La oración es un arte que debemos aprender y que se va desarrollando y perfeccionando con la práctica. ¿Te imaginas qué absurdo sería que alguien pensara que por tocar un instrumento musical, solo ocasionalmente, pudiera llegar a convertirse en un experto? Todo arte se perfecciona únicamente a través de largas horas de entrenamiento y años, y más años de práctica. Así mismo ocurre con la oración.
Esta semana vamos a seguir aprendiendo, practicando y perfeccionándonos en el arte de la oración.
Oración: Mi precioso y amado Dios, gracias por el regalo del poder de la oración. Perdóname por los tiempos de mi vida que he dejado de orar, perdiéndome de uno de los regalos más maravillosos que he recibido de Tu mano. Gracias por las temporadas de mi vida en las que he podido ser fiel en invertir tiempo para orar. Gracias y gloria a Ti por los frutos dulces y los milagros que he visto como resultado de la oración. Gracias Espíritu Santo porque has sido Tú quien me ha inquietado y llevado a orar. Gracias porque cuando no sé cómo orar, Tú me guías y me enseñas. Gracias por todo lo que he aprendido y vivido hasta hoy con respecto a la vida de oración.
Hoy he entendido que no puedo descuidar ni desatender mi tiempos de oración, mis tiempos contigo, debo darles la prioridad número uno. Ayúdame a entender en mi espíritu el poder que hay en la oración. Ayúdame Espíritu Santo. Dame pasión, más pasión por orar y pasar tiempos a solas contigo, derramando mi corazón en Tus brazos de amor y siendo lleno de todo lo que Tú quieres entregarme día a día. Ayúdame a nunca creer que ya sé todo lo que tengo que saber acerca del arte de la oración. Ayúdame a entender que siempre hay más, que siempre hay lugar para crecer, para aprender, para ir más allá. Avívame Padre. Sigue dándome las fuerzas, la capacidad, el deseo y la obediencia para desarrollar cada día más el arte de la oración, y disfrutar y seguir siendo transformado por Ti mientras oro. Amén.
Reto del día: Vuelve a leer el versículo de hoy. Dice que por nada te afanes (no te angusties ni te preocupes), que más bien ores y entregues todas tus cargas al Padre, con acción de gracias, y que Su paz guardará tu corazón y tu mente en Cristo Jesús. Te reto a que lo intentes. Haz una oración en la que le entregas a Dios todo lo que te preocupa y te angustia. Suelta todo en Sus manos y dale gracias desde ya por Su respuesta y por los milagros que Él hará en Su tiempo. Al final, recibe la paz que te promete y siente Su mano guardando tu corazón y tu mente en Él.
Podcast original de canaanusa.org & Liliana Gracía
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Palabra de Dios: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7
Perlas: Dios Padre nos ha dado muchos dones y regalos, pero sin duda, uno de los regalos más grandes que Dios ha dado a la humanidad, es el regalo del poder de la oración. Piensa en el poder de la oración. Piensa en la posibilidad de llegar delante del trono del Dios Todopoderoso, Aquel que creó todas las cosas por Su Palabra, Aquel cuyo poder no tiene límites. Aquel que no conoce la derrota, Aquel que es infinitamente sabio, Aquel que te ama con amor eterno y que anhela bendecirte con toda bendición. Piensa en esto. Toma unos instantes para procesar esta verdad…el poder que existe en la oración.
Al meditar en esto…piensa también, ¿por qué la tendencia a descuidar nuestros tiempos de oración? ¿Por qué tantas luchas para orar? Piensa en cuántos años viviste sin orar. Piensa en los meses sin oración. Piensa en los días que dejas pasar sin orar. Muchas veces no entendemos que al descuidar el regalo de experimentar el poder de la oración, estamos desechando el regalo más poderoso que se nos ha concedido.
La oración es un arte que debemos aprender y que se va desarrollando y perfeccionando con la práctica. ¿Te imaginas qué absurdo sería que alguien pensara que por tocar un instrumento musical, solo ocasionalmente, pudiera llegar a convertirse en un experto? Todo arte se perfecciona únicamente a través de largas horas de entrenamiento y años, y más años de práctica. Así mismo ocurre con la oración.
Esta semana vamos a seguir aprendiendo, practicando y perfeccionándonos en el arte de la oración.
Oración: Mi precioso y amado Dios, gracias por el regalo del poder de la oración. Perdóname por los tiempos de mi vida que he dejado de orar, perdiéndome de uno de los regalos más maravillosos que he recibido de Tu mano. Gracias por las temporadas de mi vida en las que he podido ser fiel en invertir tiempo para orar. Gracias y gloria a Ti por los frutos dulces y los milagros que he visto como resultado de la oración. Gracias Espíritu Santo porque has sido Tú quien me ha inquietado y llevado a orar. Gracias porque cuando no sé cómo orar, Tú me guías y me enseñas. Gracias por todo lo que he aprendido y vivido hasta hoy con respecto a la vida de oración.
Hoy he entendido que no puedo descuidar ni desatender mi tiempos de oración, mis tiempos contigo, debo darles la prioridad número uno. Ayúdame a entender en mi espíritu el poder que hay en la oración. Ayúdame Espíritu Santo. Dame pasión, más pasión por orar y pasar tiempos a solas contigo, derramando mi corazón en Tus brazos de amor y siendo lleno de todo lo que Tú quieres entregarme día a día. Ayúdame a nunca creer que ya sé todo lo que tengo que saber acerca del arte de la oración. Ayúdame a entender que siempre hay más, que siempre hay lugar para crecer, para aprender, para ir más allá. Avívame Padre. Sigue dándome las fuerzas, la capacidad, el deseo y la obediencia para desarrollar cada día más el arte de la oración, y disfrutar y seguir siendo transformado por Ti mientras oro. Amén.
Reto del día: Vuelve a leer el versículo de hoy. Dice que por nada te afanes (no te angusties ni te preocupes), que más bien ores y entregues todas tus cargas al Padre, con acción de gracias, y que Su paz guardará tu corazón y tu mente en Cristo Jesús. Te reto a que lo intentes. Haz una oración en la que le entregas a Dios todo lo que te preocupa y te angustia. Suelta todo en Sus manos y dale gracias desde ya por Su respuesta y por los milagros que Él hará en Su tiempo. Al final, recibe la paz que te promete y siente Su mano guardando tu corazón y tu mente en Él.
Podcast original de canaanusa.org & Liliana Gracía
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