
Sign up to save your podcasts
Or
Palabra de Dios: “Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza. Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto.” Jeremías 17:7-8
Perlas: Bendito quiere decir bienaventurado, feliz, dichoso, alguien que está recibiendo todas las bendiciones de Dios, ha hallado favor y gracia, y la bondad de Dios se ha derramado sobre él o ella. Acabamos de leer quiénes son benditos: Los que confían en el Señor, y han puesto en Él, y solo en Él, toda su esperanza y su confianza. La Biblia compara a estas personas con los árboles plantados junto a la corriente de un río. Son árboles cuyas raíces están permanentemente conectadas al agua, recibiendo todo lo que necesitan, sin importar los cambios climáticos. Estos árboles siempre están alimentados, fuertes, frondosos, y siempre dan fruto.
¡Qué comparación tan impresionante! Es así. La vida de una persona que confía realmente en Dios es como un árbol plantado junto al río: permanecerá en pie, fuerte, firme, revestido de bondad y cargado de frutos… durante todo tiempo y temporada.
Es fácil decir que confiamos en Dios, pero la realidad es que, es el reto más alto al que nos enfrentaremos durante nuestro paso por esta tierra. Es fácil decir y sentir que confiamos en Dios cuando todo está bien; pero, cuando algo se sale de nuestros planes, cuando las cosas no salen como esperábamos, cuando recibimos una mala noticia, cuando el dolor visita nuestra casa…¡Qué difícil es no temblar! ¡Qué difícil es no sentir temor! ¡Qué difícil es no dudar! ¡Qué difícil es confiar en Dios! Son momentos de tormenta, especialmente en nuestra mente, y el enemigo lo sabe bien; allí es cuando más dardos nos lanza, todo con el objetivo de debilitarnos espiritualmente, ahogarnos en las dudas, la incertidumbre y el miedo… a eso se dedica satanás.
En ese momento siempre tenemos la opción de dejarnos vencer por el temor y las dudas, o sobreponernos, levantarnos del piso, mirar al cielo con los ojos como fuentes que no cesan de llorar, pero entonces miramos al Señor y le decimos con nuestra boca: Escojo confiar en Ti en medio del dolor y la angustia, en medio de la confusión y el temor, le decimos que seguimos creyendo en Su amor, en Sus promesas, en Su bondad y en Su fidelidad. Son momentos en los que quisiéramos poder dictarle a Dios todo lo que debería hacer, pero mejor decidimos arrojarnos en Sus brazos a llorar y a hablarle desde el corazón, porque a veces el dolor es tan grande que no podemos ni hablar. Tranquilos. Él escucha la oración de nuestros corazones. He aprendido que muchas veces la mejor y más poderosa oración es decirle: Padre, ten misericordia. Ten misericordia. Ten misericordia. Ten misericordia. Ten misericordia. Yo confío en Ti. Tú sabes mejor que yo mismo qué es lo mejor para mí y para mi familia. Tú puedes ver lo que yo no puedo ver. Señor, te suplico, haz Tu perfecta voluntad. Suelto todo en Tus manos y decido confiar en Ti.
5
1010 ratings
Palabra de Dios: “Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza. Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto.” Jeremías 17:7-8
Perlas: Bendito quiere decir bienaventurado, feliz, dichoso, alguien que está recibiendo todas las bendiciones de Dios, ha hallado favor y gracia, y la bondad de Dios se ha derramado sobre él o ella. Acabamos de leer quiénes son benditos: Los que confían en el Señor, y han puesto en Él, y solo en Él, toda su esperanza y su confianza. La Biblia compara a estas personas con los árboles plantados junto a la corriente de un río. Son árboles cuyas raíces están permanentemente conectadas al agua, recibiendo todo lo que necesitan, sin importar los cambios climáticos. Estos árboles siempre están alimentados, fuertes, frondosos, y siempre dan fruto.
¡Qué comparación tan impresionante! Es así. La vida de una persona que confía realmente en Dios es como un árbol plantado junto al río: permanecerá en pie, fuerte, firme, revestido de bondad y cargado de frutos… durante todo tiempo y temporada.
Es fácil decir que confiamos en Dios, pero la realidad es que, es el reto más alto al que nos enfrentaremos durante nuestro paso por esta tierra. Es fácil decir y sentir que confiamos en Dios cuando todo está bien; pero, cuando algo se sale de nuestros planes, cuando las cosas no salen como esperábamos, cuando recibimos una mala noticia, cuando el dolor visita nuestra casa…¡Qué difícil es no temblar! ¡Qué difícil es no sentir temor! ¡Qué difícil es no dudar! ¡Qué difícil es confiar en Dios! Son momentos de tormenta, especialmente en nuestra mente, y el enemigo lo sabe bien; allí es cuando más dardos nos lanza, todo con el objetivo de debilitarnos espiritualmente, ahogarnos en las dudas, la incertidumbre y el miedo… a eso se dedica satanás.
En ese momento siempre tenemos la opción de dejarnos vencer por el temor y las dudas, o sobreponernos, levantarnos del piso, mirar al cielo con los ojos como fuentes que no cesan de llorar, pero entonces miramos al Señor y le decimos con nuestra boca: Escojo confiar en Ti en medio del dolor y la angustia, en medio de la confusión y el temor, le decimos que seguimos creyendo en Su amor, en Sus promesas, en Su bondad y en Su fidelidad. Son momentos en los que quisiéramos poder dictarle a Dios todo lo que debería hacer, pero mejor decidimos arrojarnos en Sus brazos a llorar y a hablarle desde el corazón, porque a veces el dolor es tan grande que no podemos ni hablar. Tranquilos. Él escucha la oración de nuestros corazones. He aprendido que muchas veces la mejor y más poderosa oración es decirle: Padre, ten misericordia. Ten misericordia. Ten misericordia. Ten misericordia. Ten misericordia. Yo confío en Ti. Tú sabes mejor que yo mismo qué es lo mejor para mí y para mi familia. Tú puedes ver lo que yo no puedo ver. Señor, te suplico, haz Tu perfecta voluntad. Suelto todo en Tus manos y decido confiar en Ti.
1,362 Listeners
488 Listeners
1 Listeners
81 Listeners
1 Listeners