En este primer episodio de la Temporada 2 de Mensajes del Reino y la Gracia de Cristo, Fidel nos lleva a un encuentro íntimo con el propósito de Dios.

En esta enseñanza descubrirás que Dios no puede guiar lo que no le entregamos, y que la verdadera dirección espiritual comienza con rendición, no con esfuerzo.

En este episodio de Ensanchando el Territorio de Dios con Fidel, descubrimos que el Evangelio no es solo un mensaje sobre Cristo, sino Cristo mismo.

Pablo lo explicó con claridad en 2 Corintios 4:4–6:

“Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz,

En un mundo lleno de ruido y religiosidad, el llamado es simple:

Permite que este mensaje te lleve a mirar al rostro de Cristo,

El Espíritu Santo reparte dones no como adornos, sino como herramientas de servicio. Cada don revela un aspecto del amor de Dios en acción: enseñar con paciencia, consolar con ternura, liderar con humildad, dar con generosidad.

"El llamado a la Santidad" no es una opción, es el corazón del evangelio. Dios nos recuerda: “Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:16). En este episodio reflexionamos sobre qué significa vivir apartados para Dios en un mundo que constantemente nos quiere arrastrar lejos de Él. Hablaremos de la santidad no como una carga imposible, sino como el fruto del Espíritu en nuestra vida, resultado de caminar en obediencia, en pureza y en entrega total. Este es un llamado urgente para la iglesia, para cada creyente que espera con gozo el regreso de Cristo.

En este episodio reflexionamos sobre la importancia de guardar nuestros pensamientos, porque lo que dejamos entrar en la mente termina marcando nuestro corazón y nuestras decisiones. La Palabra de Dios nos llama a renovarnos en el espíritu de nuestra mente y a llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo.

“Protege tu Mente” no es solo un consejo práctico, es una invitación a vivir atentos a la voz de Dios en medio de un mundo lleno de distracciones. Aquí aprenderemos, a la luz de las Escrituras, cómo fortalecer nuestro interior y caminar en victoria diaria.

En este episodio recorremos una verdad que libera: no anular la gracia de Dios. Cuando intentamos “pagar” con obras, cuando el orgullo presume méritos o la culpa revive deudas ya canceladas, terminamos poniendo entre paréntesis la cruz. Pero el evangelio declara algo definitivo: “Consumado es” (Jn 19:30). La “factura” que estaba contra nosotros fue clavada en la cruz (Col 2:14). En Cristo, el Padre nos hizo aceptos en el Amado (Ef 1:6), y ahora somos hechura suya, creados para buenas obras que Él preparó de antemano (Ef 2:10).

Pasajes clave: Gál 2:21; Col 2:14; Ef 1:6; Ef 2:10; Heb 10:17; 1 Co 4:7; Tit 2:11–12; Jn 19:30.

En este episodio recorremos una verdad que libera: no anular la gracia de Dios. Cuando intentamos “pagar” con obras, cuando el orgullo presume méritos o la culpa revive deudas ya canceladas, terminamos poniendo entre paréntesis la cruz. Pero el evangelio declara algo definitivo: “Consumado es” (Jn 19:30). La “factura” que estaba contra nosotros fue clavada en la cruz (Col 2:14). En Cristo, el Padre nos hizo aceptos en el Amado (Ef 1:6), y ahora somos hechura suya, creados para buenas obras que Él preparó de antemano (Ef 2:10).

Pasajes clave: Gál 2:21; Col 2:14; Ef 1:6; Ef 2:10; Heb 10:17; 1 Co 4:7; Tit 2:11–12; Jn 19:30

Episodio: La Gracia y la Verdad

Este mensaje nos invita a caminar en equilibrio: vivir firmes en la verdad de la Palabra, pero siempre revestidos de la gracia que refleja el carácter de Jesús.

Un episodio para recordar que la verdad sin gracia puede herir, y la gracia sin verdad se vuelve superficial. Solo en Cristo hallamos el balance perfecto que nos guía a una vida auténtica y abundante en Él.

En este episodio descubrimos la realidad de la batalla espiritual que todo creyente enfrenta.

Aprenderás cómo reconocer las estrategias del enemigo, cuáles son las armas espirituales que Dios nos ha dado, y cómo vestirnos cada día con la armadura de Dios para permanecer firmes en la fe.

Amados hermanos, la Palabra de Dios nos recuerda en Filipenses 3:20: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.”

Hoy reflexionaremos en esta verdad gloriosa: aunque vivimos en este mundo, nuestra verdadera patria está en el cielo. No somos extraños para Dios, sino hijos redimidos, llamados a vivir con la esperanza eterna y a representar el Reino de Cristo aquí en la tierra.

Este mensaje nos invita a caminar con la mirada puesta en lo alto, con corazones firmes en la fe, sabiendo que nuestra identidad y herencia están seguras en Cristo Jesús.