La vida esta llena de decisiones y algunas de ellas nos vuelven locos hasta el punto de no saber que hacer, como actuar, o que camino tomar. A veces queremos encontrar formas de salirnos con nuestro gusto y tomar lo mejor de las opciones y evitar las consecuencias de las mismas, o también buscamos probar los limites de cada decisión y caminar por la cornisa sin caer en las consecuencias y asumir las consecuencias y responsabilidades que conllevan las elecciones. En este episodio cuento una experiencia personal y como pude (puedo) responder a ese problema escuchando la voz de Dios, bienvenidos.

Hace algunos días, me encontré en un dilema acerca de hacer o no algo, eso mantuvo mi mente ocupada e inquieta durante varios días, busqué consejos en mi familia y amigos, y finalmente decidí hacerlo, pero luego cuando lo hice nuevas dudas empezaron a aparecer, tales como: ¿Fue suficiente? ¿fue muy poco? ¿debí haberlo hecho? y muchas otras más. y entendí que había hecho las cosas para mí mismo y no como para Dios, y esa era la raíz de mi falta de descanso. Apuesto a que muchos vivimos situaciones así, quizás con niveles mas apremiantes, con mas afán, más incertidumbre. Y todo esto nos termina ocasionando enfermedades que la sociedad ha aprendido a "normalizar" como el estrés, ansiedad y quizás hasta depresión. Acompáñame para compartir un principio bíblico acerca de este tipo de situaciones que espero puedas utilizar en tu vida.

imagina que estas en tu vehículo y te encuentras frente y hasta donde alcanzan tus ojos a una carretera recta, libre, amplia, vacía, llana, sin señales molestas de limites de velocidad. ¿Qué harías? instintivamente creo que podríamos acelerar a tope, probar la máxima potencia del motor, relajarnos y pisar a fondo el pedal, disfrutar de la vista, de la comodidad del aire si estamos en un descapotable. Pero luego súbita y repentinamente aparece una señal que apenas llegamos a divisar que dice que a 50 metros se acaba la carretera. ¿Seriamos capaces de frenar?, de ¿maniobrar de tal forma que escapemos de un destino casi mortal?. Seria bueno tener mejores señales que avisen acerca del final del camino y de lo mortal que es ¿verdad?

Y lo cierto es que en la vida hay señales que nos quieren advertir de un camino cuyo final es eternamente mortal. Bienvenidos al episodio de hoy.

Hace algún tiempo atrás me sentí alentado por el autor Richard  B. Ramsay y su libro "Integridad Intelectual" a poder encontrar a Dios en las ciencias o en el campo de estudio o laboral en donde me desenvuelvo, y "afortunadamente" (lo digo con sarcasmo) me muevo en el campo de las matemáticas, un área en la que muchos consideraríamos un campo neutro de la ciencia, es decir no hay intromisión de Dios, ni concepto del bien o del mal. pero si lo que decía este autor es verdad y podemos hallar a Dios en todo, me puse a estudiar con una mirada atenta y con la intención de encontrarlo, y por su gracia lo logré, encontrar a Dios y de su carácter expresado en las matemáticas no fue nada sencillo, al contrario fue desafiante pero a la vez gratificante. Es lo que quiero compartir con ustedes mi hallazgo de revelar el carácter infinito de Dios mediante los números, y a su vez acompaño esta enseñanza alentándote a buscarlo en el ámbito en el que te desenvuelvas, no importa cuál sea, si hay ciencia, ahí esta Dios, si hay trabajo ahí esta Dios, ya que mientras menos campos neutros dejemos en nuestra vida mas podremos dejar que Dios se manifieste en todo aspecto de ella.

Nadie puede conocer completamente a alguien, esta frase tiene la veracidad en el fundamento de que como somos seres humanos vamos cambiando con distintos factores a lo largo de nuestra vida, factores como: tiempo, circunstancias, influencias, y muchas otras variables, que terminan contribuyendo y eliminando rasgos de personalidad de nosotros. Así mismo al enfrentarnos a situaciones desconocidas, reaccionamos de formas que nosotros mismos no conocemos y que evidentemente otros también desconocen de nosotros. 

Pero ¿Qué pasaría si existiese alguien inmutable? alguien que no cambia, alguien exento de todas las variables. ¿Podríamos llegar a conocerle? y si permanece como un desconocido para nosotros, seria nuestra culpa ¿no? ya que hemos sido nosotros los que no nos hemos dado el tiempo de conocerlo,