32:9 Mujeres indolentes, ¡levántense y escúchenme! Hijas que se sienten tan confiadas, ¡presten atención a lo que voy a decirles! 10 Ustedes, que se sienten tan confiadas, en poco más de un año temblarán; porque fallará la vendimia, y no llegará la cosecha. 11 ¡Tiemblen, mujeres indolentes! Ustedes, que se sienten tan confiadas, ¡estremézcanse! Desvístanse, desnúdense; pónganse ropa de luto. 12 Golpéense el pecho, por los campos agradables, por los viñedos fértiles, 13 por el suelo de mi pueblo cubierto de espinos y de zarzas, por todas las casas donde hay alegría y por esta ciudad donde hay diversión. 14 La fortaleza será abandonada, y desamparada la ciudad populosa; para siempre convertidas en cuevas quedarán la torre y la fortaleza; convertidas en deleite de asnos salvajes, en pastizal de rebaños, 15 hasta que desde lo alto el Espíritu sea derramado sobre nosotros. Entonces el desierto se volverá un campo fértil, y el campo fértil se convertirá en bosque.