Nos narra la importancia de acompañar a alguien con tan solo estar sin decir una palabra del tema, con entender una mirada, un estoy bien disfrazado. Nos dice cómo fue para si mismo esta lucha interna de querer que la gente se expresara pero teniendo que respetar esa típica frase (dicha implícita o explícitamente) del “Hoy no quiero hablar de eso”.