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En Costa Rica un paradigma cambió y creo que mucha gente no se ha dado cuenta. En el pasado, todavía a inicios de milenio, se creía que el tener un título de licenciatura era suficiente para conseguir trabajo… y aún peor… para mantenerlo.
En la actualidad, la gran cantidad de ofertas educativas que brindan las diferentes universidades, hace que cada año se gradúen cientos y hasta miles de profesionales en cada carrera. El panorama se complica cuando se aprueba la reforma a la ley procesal laboral, que impide cualquier tipo de situación de discriminación en los procesos de reclutamiento y selección.
¿Por qué lo complica?
Porque antes, algunos empleadores simplemente elegían a personas que vinieran de ciertas universidades, y no se molestaban en revisar los currículos de las personas que vinieran de otras. Ahora, por ejemplo, en la Universidad de Costa Rica se ha contratado a personas que se graduaron de Universidades privadas… ofreciendo la UCR por ejemplo, dicha carrera. Y esto es genial, porque el que la universidad sea de prestigio, no significa que el profesional sea bueno.
Volviendo al tema que propuse al principio, el paradigma cambió, y ahora los empleadores deben ceñirse a criterios observables cuantificables y medibles para elegir y mantener al recurso humano dentro de las organizaciones.
¿De dónde salen esos criterios positivistas?
De la experiencia. Una persona que se comporta de cierta manera es muy probable que en el futuro se vuelva a comportar así. A esto, en los procesos de reclutamiento y selección se le llama "evidencias". Y las evidencias son observables, cuantificables y medibles.
Al llevar cualquiera de los cursos para el desarrollo de competencias blandas en educacioncontinuacr.com , al menos durante 28 días, la persona se compromete a ejecutar acciones que tengan que ver con esa competencia. Esas 28 acciones se ponen bajo tensión en las entrevistas de seguimiento y por competencias, por lo que, al final, la persona podrá decir que tiene (o no) la competencia.
By Ricardo Sandí LizanoEn Costa Rica un paradigma cambió y creo que mucha gente no se ha dado cuenta. En el pasado, todavía a inicios de milenio, se creía que el tener un título de licenciatura era suficiente para conseguir trabajo… y aún peor… para mantenerlo.
En la actualidad, la gran cantidad de ofertas educativas que brindan las diferentes universidades, hace que cada año se gradúen cientos y hasta miles de profesionales en cada carrera. El panorama se complica cuando se aprueba la reforma a la ley procesal laboral, que impide cualquier tipo de situación de discriminación en los procesos de reclutamiento y selección.
¿Por qué lo complica?
Porque antes, algunos empleadores simplemente elegían a personas que vinieran de ciertas universidades, y no se molestaban en revisar los currículos de las personas que vinieran de otras. Ahora, por ejemplo, en la Universidad de Costa Rica se ha contratado a personas que se graduaron de Universidades privadas… ofreciendo la UCR por ejemplo, dicha carrera. Y esto es genial, porque el que la universidad sea de prestigio, no significa que el profesional sea bueno.
Volviendo al tema que propuse al principio, el paradigma cambió, y ahora los empleadores deben ceñirse a criterios observables cuantificables y medibles para elegir y mantener al recurso humano dentro de las organizaciones.
¿De dónde salen esos criterios positivistas?
De la experiencia. Una persona que se comporta de cierta manera es muy probable que en el futuro se vuelva a comportar así. A esto, en los procesos de reclutamiento y selección se le llama "evidencias". Y las evidencias son observables, cuantificables y medibles.
Al llevar cualquiera de los cursos para el desarrollo de competencias blandas en educacioncontinuacr.com , al menos durante 28 días, la persona se compromete a ejecutar acciones que tengan que ver con esa competencia. Esas 28 acciones se ponen bajo tensión en las entrevistas de seguimiento y por competencias, por lo que, al final, la persona podrá decir que tiene (o no) la competencia.