A partir de 1872, los trabajos en torno a la construcción de la línea ferroviaria en suelo salvadoreño fueron intermitentes. Todos los gobiernos que se sucedieron tuvieron vínculos con empresas ferrocarrileras, ya que terminar el tendido férreo fue uno de los principales objetivos de los gobiernos liberales de la época. Los liberales consideraban que el ferrocarril era la muestra tangible de que estaban “encaminando a la nación salvadoreña en la vía del progreso y la civilización”.
En El Salvador, el ferrocarril se construyó inicialmente en la zona occidental. Esta zona tenía preponderancia al ser la región económica más importante del país, debido a su alta producción cafetalera y la cercanía del puerto de Acajutla, para la exportación e importación de productos. El primer ferrocarril en El Salvador fue entre el puerto de Acajutla y la ciudad de Sonsonate bajo contrato entre el Gobierno y Francisco Camacho. Toda la maquinaria, locomotoras y rieles fueron transportados al puerto en barcos de vapor unos meses antes. Para mayo de 1882, el ingeniero A. J. Scherger ya estaba haciendo pruebas con la locomotora entre Acajutla y Sonsonate. El ferrocarril fue inaugurado el 4 de junio de 1882, durante la presidencia de Rafael Zaldívar.
Coordinación e investigación académica: Herbert Erquicia
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