Cada persona, cada familia, cada empresa transmite y aporta su propia energía, valores, experiencias y proyecciones futuras allí a donde llega. Pazo de Vilane es una empresa digna de admiración. Dos hermanas emprendedoras y llenas de vitalidad han restaurado en Antas de Ulla un bello pazo perteneciente a su familia durante varias generaciones.
Pazo de Vilane elabora mermeladas artesanales y produce huevos camperos de gallinas que corretean y disfrutan en libertad. En ocasiones también organizan actividades culturales y exposiciones abiertas al público.
Conocí a Piedad y a Nuria hace dos años en una de dichas actividades, un taller de alfarería. El artesano invitado era un alfarero de O Corgo. Ellas habían preparado todo con esmero y cariño para un grupo de niños y niñas que acudieron a Pazo de Vilane desde distintos puntos de Galicia.
Recuerdo al alfarero en su torno, con su barro, con su saber hacer, explicando a cada niño lo que tenía que hacer para moldear y dar vida a aquel pequeño trozo de tierra rojiza. Y vi que los niños escuchaban con atención al alfarero, al maestro.
Piedad y Nuria han puesto amor en lo que han hecho y por eso Pazo de Vilane tiene encanto y alma. El pazo familiar que han restaurado está lleno de luz y de armonía.
El símbolo que han elegido como logotipo de su empresa es una hoja de roble porque, como bien explican en su página web, el roble es robusto, fuerte y duradero. El roble simboliza fuerza, sabiduría, nobleza, familia, lealtad y longevidad.
Hace tiempo que no veo a Nuria y a Piedad, pero les deseo lo mejor a ambas y que Pazo de Vilane siga adelante por mucho tiempo porque es un proyecto maravilloso en una comarca que todos amamos y a la que todos debemos de proteger y respetar. A Ulloa.
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