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DEVOCIÓN MATUTINA PARA JOVENCITAS

“PRINCESA”

Narrado por: Sirley Delgadillo
Desde: Bucaramanga, Colombia

Una cortesía de DR'Ministries y Canaan Seventh-Day Adventist Church
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01 DE DICIEMBRE
ESTA CASA ESTÁ DEMASIADO LLENA 

De acuerdo —respondió Rajab—. Que sea tal como ustedes han dicho. Luego los despidió; ellos partieron, y ella ató el cordón rojo a la ventana. Josué 2:21 

Rahab y su familia estaban apiñados dentro de su pequeña casa situada en los muros de Jericó. Estaban esperando que esos dos espías israelíes regresaran con su ejército. 

Los espías le habían prometido a Rahab que la mantendrían a salvo del asedio que se avecinaba. Eso es todo en lo que tenía que confiar: la palabra de los espías. Pero Rahab había llegado a creer que el Dios de los israelitas era el Dios verdadero. Estaba dispuesta a arriesgar su vida, por esa creencia. 

Aún así, enfrentó una espera indeterminada, probablemente con familiares irritables que dudaban de su historia. El día que los espías se habían ido, Rahab había atado ese cordón escarlata fuera de su ventana para avisarles de su casa. ¿Se había desvanecido el cordón, como la paciencia de su familia? 

¿Dónde estaban los israelitas? ¿Por qué les estaba tomando tanto tiempo? Josué había ordenado que todos los hombres fueran circuncidados, en un día sin anestésicos. ¡Ccada uno de los cuales necesita tiempo para curarse! Rahab no sabía nada de eso, pero aun así se mantuvo firme. Al final, vio a Dios actuar, salvándose a sí misma y a su familia. 

Hay momentos en los que solo tenemos que confiar en la Palabra de Dios. Cuando eso suceda, ¡recuerda la firmeza de Rahab! Podemos tener la confianza de que sus promesas se harán realidad.