Con la muerte y resurrección de Cristo, comienza la dispensación de la fe para quienes creen en Jesús. Comienza la fuerte actuación del Espíritu santo en la iglesia y através de ella (Hechos 1:8).
La iglesia no se limita a los Judíos que creyeron en el Señor, sino que también debe incluir a todos los gentiles que han creído en Él