Esto es Freelance 3D. El podcast de Marketing para tresdeseros y también, porque no, para hablar de 3D, que es lo que más nos gusta.
Mi nombre es Javier Vega y soy artista 3D y desarrollador web, aderezado con un poco de marketing online, y fundador de Cursos Online en Zao3D donde dispones de cursos de 3D, imagen digital y edición de vídeo para que empieces a aprender. Son cursos online que puedes hacer en cualquier momento y a la hora que quieras. Cada semana se incluyen nuevas lecciones. Y cada vez hay más cursos. Esto crece y crece, gracias a vosotros.
Si estás aquí, leyendo o escuchando este episodio, es porque alguna vez en tu vida, de una forma u otra hiciste una afirmación, más o menos consciente de qué quieres ser en el futuro. En nuestro caso sería: artista 3D. Y hoy vamos a hablar precisamente de esa primera afirmación que hice algún día y cómo de importante es mantener la ilusión en ese objetivo.
Así que pasamos a continuación con la primera afirmación: «Mamá, quiero ser artista… 3D!». Obviamente esta frase está redactada de una forma algo lírica, pero lo que si llega es un momento en el que decides que esto es lo que más te gusta.
Llevo con el 3D desde hace más de 20 años. ¡Madre mía, cómo pasa el tiempo! Empecé con el 3D porque me atrapó, y me atrapó de una forma que aquí me tienes más de 2 décadas después.
No quiero entrar en fechas, pero en los 90 yo trabajaba plácidamente como programador de COBOL en una empresa farmacéutica. Mi vida era normal, con mi sueldo normalito pero suficiente y mis pequeños y solucionables, siempre solucionables problemas con el código.
Una de mis aficiones, bastante frikis, era ver unos programas de TVE, en la 2, como no, sobre un festival llamado Imagina donde artistas, más programadores que artistas, mostraban animaciones hechas totalmente por ordenador. Ahí vi los primeros cortos de Pixar.. Eso me fascinaba, pero no tenía ni la más remota idea de cómo se podía hacer eso. De hecho, ni me planteaba que eso lo pudiera hacer yo.
Pero un día, un amigo, me dejó una caja con muchos diskettes de 5 1/4″ que hizo ese clic en mi cabeza para terminar de pronunciar en mi mente estas palabras: «Quiero hacer esto. Quiero hacer 3D». Estos diskettes contenían 3d Studio 3 para DOS.
Mi aprendizaje del 3D fue de forma autodidacta, en tiempos en los que ni siquiera existía Google ni YouTube. El Internet de aquella época era poca cosa comparado con lo que es ahora y mis recursos se limitaban a algunas revistas en inglés que tenía que ir a comprar expresamente a un quiosco de Barcelona. Seguía los tutoriales y, sí, tenía que esperar un mes entre un tutorial y otro. ¿Te puedes imaginar el ansia con el que esperaba los primeros días de cada mes?
Querer estudiar 3D en España en esos tiempos no era nada fácil. Prácticamente necesitabas tener dinero y moverte fuera. A Estados Unidos o el Reino Unido. Y bueno, las circunstancias personales no eran las mejores para ir mudándose de un país a otro cuando tienes un hijo de pocos años y estás pagando una hipoteca.
Lo más importante de todo es que, a pesar de la situación nada fácil que tenía, nunca me rendí. Mi ilusión era tan grande e inocente como la de un niño. Y así ha permanecido con el paso del tiempo.
Durante este trayecto más capas de drama se añadían a mi vida, como si fuera una prueba divina. No entraré en detalles pero las cosas no se me ponían fáciles a nivel personal y económico. Y a pesar de todo, yo no quería cambiar de camino. Eso sí, asumí que tenía que dar más vueltas que cualquier otra persona con una situación personal más se...