Cuando Dios sopló su espíritu en el hombre, sopló en la eternidad y al Dios eterno mismo. El neshamá, el Espíritu humano que recibimos, provino de la eternidad y es la eternidad misma. Dios uso la eternidad en el corazón del hombre, y así surgió el alma. Por tanto, el Espíritu y el alma son la eternidad en el corazón, porque poseen las características y la naturaleza de la eternidad. Amén 🙌