Tal vez hay una parte de ti que no solo quiere sentirse cómoda al hablar, sino algo mucho más profundo: hablar con alma, con verdad, con impacto.

No buscas llamar la atención por una gratificación inmediata. Buscas usar tu voz como un instrumento de transformación.

Y para eso, es necesario mirar de frente lo que aún interfiere con tu expresión auténtica: no para corregirte, sino para liberarte.

Tu voz no vino solo a sonar bonito. Tu voz vino a crear un movimiento, a tocar almas, a honrar tu camino interior.

Así que si hoy se corta, tiembla o se apaga… no es el final. Es solo la señal de que estás atravesando una puerta evolutiva, y que lo que estás por decir… importa más de lo que crees.

Nos vemos pronto, Danitza