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La planificación natural de la familia sigue siendo poco conocida y utilizada, en gran parte por falta de educación y por los prejuicios que la confunden con el antiguo método del calendario. Este último era poco efectivo porque los ciclos de la mujer no siempre son regulares, pero hoy existen métodos modernos, eficaces y en plena coherencia con la enseñanza de la Iglesia Católica.
Entre ellos destacan el método Billings (observación del moco cervical) y el método sintotérmico, con una eficacia comprobada de hasta el 98,5%. No solo sirven para espaciar los nacimientos, sino también para ayudar a parejas con dificultades para concebir, identificando los días fértiles del ciclo femenino.
Estos métodos requieren comunicación, respeto y acuerdo entre los esposos para vivir la abstinencia en los días fértiles cuando se busca posponer un embarazo. A diferencia de la anticoncepción artificial, dejan siempre abierta la posibilidad a la vida y respetan el diseño natural de la fertilidad.
La Iglesia, desde Humanae Vitae de San Pablo VI hasta las enseñanzas de San Juan Pablo II, ha reafirmado que es lícito recurrir a los períodos infecundos por motivos justos, pero siempre rechazando los métodos que directamente impiden la concepción o destruyen la vida naciente. Usar los métodos naturales es una forma de vivir la sexualidad matrimonial de manera unitaria y procreativa, en apertura a la voluntad de Dios y en respeto a la dignidad del matrimonio.
By Misioneros Digitales CatólicosLa planificación natural de la familia sigue siendo poco conocida y utilizada, en gran parte por falta de educación y por los prejuicios que la confunden con el antiguo método del calendario. Este último era poco efectivo porque los ciclos de la mujer no siempre son regulares, pero hoy existen métodos modernos, eficaces y en plena coherencia con la enseñanza de la Iglesia Católica.
Entre ellos destacan el método Billings (observación del moco cervical) y el método sintotérmico, con una eficacia comprobada de hasta el 98,5%. No solo sirven para espaciar los nacimientos, sino también para ayudar a parejas con dificultades para concebir, identificando los días fértiles del ciclo femenino.
Estos métodos requieren comunicación, respeto y acuerdo entre los esposos para vivir la abstinencia en los días fértiles cuando se busca posponer un embarazo. A diferencia de la anticoncepción artificial, dejan siempre abierta la posibilidad a la vida y respetan el diseño natural de la fertilidad.
La Iglesia, desde Humanae Vitae de San Pablo VI hasta las enseñanzas de San Juan Pablo II, ha reafirmado que es lícito recurrir a los períodos infecundos por motivos justos, pero siempre rechazando los métodos que directamente impiden la concepción o destruyen la vida naciente. Usar los métodos naturales es una forma de vivir la sexualidad matrimonial de manera unitaria y procreativa, en apertura a la voluntad de Dios y en respeto a la dignidad del matrimonio.