Esta semana en Conexión Pública exploramos una paradoja fascinante: Elon Musk, defensor de la libertad algorítmica, lanza una inteligencia artificial sin filtros… que termina contradiciéndole. Grok, el chatbot de xAI, es irreverente, provocador y alimentado por datos de la red social X. Pero en su intento por crear un modelo que “diga la verdad”, Musk se topa con un dilema clásico: cuanto más libre es una IA, menos control se tiene sobre ella.

En paralelo, analizamos cómo otras inteligencias artificiales están entrando en una nueva fase: la de la madurez. KAYAK AI Mode convierte la planificación de viajes en una conversación personalizada y sin fricciones. Ya no se trata de buscar con filtros, sino de preguntar como si habláramos con un asistente real.

También hablamos de la triangulación forzada, una técnica que obliga a la IA —y a nosotros— a contrastar fuentes antes de dar una respuesta. Frente al vértigo de la inmediatez, esta práctica entrena el pensamiento crítico y refuerza la confianza.

En los artículos de la semana, repasamos siete señales de esta transición hacia un uso más consciente y estructurado de la IA: leyes que aprenden sobre la marcha, plataformas que se blindan, empresas que prefieren frenar antes que fallar, e infraestructuras que se replantean su sostenibilidad.

Y cerramos con tres ejemplos de IA aplicada al bien público: una ministra digital que combate la corrupción en Albania, una inteligencia solar que protege la Tierra desde la NASA y un modelo biomédico de Harvard que reescribe el descubrimiento de medicamentos.

Una hora de reflexión sobre lo que la inteligencia artificial puede hacer cuando deja de buscar atención y empieza a construir criterio.

Escúchalo ahora y descubre cómo suena la etapa adulta de la IA.