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La historia de este hombre, Saúl es realmente digamos que trágica. Él era un hombre con mucho potencial como dirigente, sin embargo falló de manera desafortunada. Él se dejó llevar por sus temores, por su desobediencia y su alta suficiencia, esto se interpuso entre él y el plan de Dios para su vida. El hombre de Dios siempre tiene que trabajar en las partes de su carácter y fortalecerlas, lo que otros creen de nosotros no es tan importante como lo que Dios ve en nosotros. A nosotros se nos sube el éxito a la cabeza, perdemos la humildad y nos creemos superiores aun de quien nos dio ese poder. lo que se dice comúnmente mordemos la mano que nos da de comer. Nosotros debemos de ser lo suficientemente valientes para aceptar las cosas que no estamos haciendo bien y corregirlas antes de que nos cobren factura.
By Radio Camino Verdad y VidaLa historia de este hombre, Saúl es realmente digamos que trágica. Él era un hombre con mucho potencial como dirigente, sin embargo falló de manera desafortunada. Él se dejó llevar por sus temores, por su desobediencia y su alta suficiencia, esto se interpuso entre él y el plan de Dios para su vida. El hombre de Dios siempre tiene que trabajar en las partes de su carácter y fortalecerlas, lo que otros creen de nosotros no es tan importante como lo que Dios ve en nosotros. A nosotros se nos sube el éxito a la cabeza, perdemos la humildad y nos creemos superiores aun de quien nos dio ese poder. lo que se dice comúnmente mordemos la mano que nos da de comer. Nosotros debemos de ser lo suficientemente valientes para aceptar las cosas que no estamos haciendo bien y corregirlas antes de que nos cobren factura.