Con su muerte en la cruz y su triunfante resurrección, Cristo nos compró de nuevo para Dios. Él pagó el precio de nuestra libertad. Somos esclavos libres al servicio de Dios y del prójimo. Somos esclavos felices.
Con su muerte en la cruz y su triunfante resurrección, Cristo nos compró de nuevo para Dios. Él pagó el precio de nuestra libertad. Somos esclavos libres al servicio de Dios y del prójimo. Somos esclavos felices.