El niño y la niña adoptados cuando llegan a su nueva familia ya han comenzado su camino vital y llevan consigo una historia, han experimentado una serie de vínculos y rutinas previas que forman parte de ellos mismos y de su identidad, la calidad de todas estas experiencias, según la edad, habrá ido estructurando su psiquismo. En todos los casos, en mayor o menor medida, el menor ha vivido la frustración que comporta el abandono.