Peter Jeffrey dejó que el morro de su P-40 descendiera hacia el aeródromo. Él y los otros tres pilotos de su vuelo formaban la vanguardia del Escuadrón 75 de la Real Fuerza Aérea Australiana (RAAF). El escuadrón había sido enviado a defender Port Moresby -en la costa sureste de Nueva Guinea- contra los bombardeos japoneses, que habían ido creciendo en tamaño y frecuencia. El puerto, la ciudad y los aeródromos circundantes eran el centro de gravedad de los Aliados en Nueva Guinea a principios de 1942. Si permanecía indefensa, los japoneses la bombardearían hasta inutilizarla antes de tomarla para sí.