Montevideo. En el tobillo tengo un tatuaje genial, que me recuerda que Dirk Gently tenía razón. También tengo un retrato de Kramer, genial, pintado por un vietnamita y que recorrió el mundo entero para vestir, durante años, la pared más importante de mi living de soltero. Esa casa está en arreglos, y Kramer está ahí, escondido, esperando.
Música: Milliardaires, de Löhstana David