Un

relámpago como el que ha sacudido la industria de la música durante los últimos

cinco años con el reggaetón como epicentro, vuelve a irrumpir desde los cielos

para cambiarlo irremediablemente todo. Como

un murmullo que crece hasta resultar ensordecedor, la escena

contemporánea de la música regional mexicana, donde caben desde los corridos

tumbados hasta el sad sierreño, del norteño a las neo rancheras, es ya la nueva

tendencia global.

más de 419 millones de reproducciones en Spotify en apenas unos meses, el

single ‘Ella baila sola’ es la demostración de que este circuito situado

geográficamente en la frontera entre México y Estados Unidos se ha desparramado

por todo el universo.

No es casualidad que el puertorriqueño Bad

Bunny, el personaje más influyente de esta industria que cada vez

canta -y escucha- más música en español junto a mujeres también

latinoamericanas como las colombianas Karol

G o Shakira, haya logrado su último gran éxito junto al Grupo

Frontera en su incursión en el regional mexicano con ‘un x100to’.

Eslabón

Armado lleva, en realidad, haciendo

mucho ruido desde 2020, a partir de aquellos

Grammy Latinos donde el sonido regional de México en sus distintas vertientes

fue reivindicado como nunca antes por la generación de los últimos

millennial y especialmente entre los Z, los nacidos en el nuevo siglo. Si el

reggaetón contagió a la juventud con ritmos sudorosos y bailes calientes, este

nuevo fenómeno desde México basa su poder de enganche en los ritmos acústicos y

melódicos de los requintos, en las voces cuasi rapeadas a cámara lenta y el

cruce con sonidos urbanos como el hip hop o el trap.

José

Fajardo