Espacio y tiempo

.

Solo dejemos que las agujas del tiempo avancen

tal vez sobre nuestros hombros, no lo se

alcemos los brazos dejemos que duela

y veamos cómo nos reprocha

como señala nuestra voluntad

inadaptada y desesperada.

Que nos lleve a bajar la mirada

por el impulso absurdo de la comparación.

Que provoque queja,

por el sabor del dolor del deseo pertinaz.

Manojos de consejos tuvimos,

preferimos empuñar la aventura

excesivamente agitada,

para crear el criterio yo-mundo.

No es suficiente una copa de vida real,

preferimos una botella añejada de ensueños.

En el pináculo del intento se presenta

el placer y el camino del dolor,

dolor que agita la condición elevada.

Por un instante siente el momento

incomodo por cierto

por el señor Urián.

Con una sonrisa bajemos los brazos

y apostemos nuevos rumbos,

porque el tiempo y el espacio

no existe para las almas libres.