Como vecinos que son, España y Marruecos mantienen una relación compleja desde siempre. Pero da toda la impresión de que en los últimos años Rabat le ha ganado la partida a Madrid. La realidad es que el Gobierno español no deja de ceder de forma constante ante las pretensiones marroquís.
Por su parte, el gobierno marroquí ha conseguido grandes éxitos en el ámbito de la diplomacia, obteniendo el apoyo de algunos de las principales potencias mundiales, comenzando por Estados Unidos.
Mientras, el actual Gobierno español, supuestamente espiados los teléfonos móviles de algunos de sus principales dirigentes, incluyendo el del presidente del Gobierno, da la impresión de haber claudicado ante Marruecos y ser incapaz de hacerle frente.
Al margen de que las relaciones entre ambos países deberían ser buenas porque comparten intereses comunes en temas como inmigración, narcotráfico o yihadismo, y cada vez más económicos, lo cierto es que un creciente número de analistas entienden que España es vista como un objetivo asequible por Rabat. Consciente de esta situación, Marruecos no ceja en su empeño de conseguir sus propósitos.
A todo ello se añade la invasión silenciosa, como algunos lo denominan, de marroquíes en territorio español, donde, además, según todos los indicios, el servicio de inteligencia marroquí es muy activo. Eso sin mencionar las acusaciones de aprovecharse muchos de ellos del generoso sistema social español.
Por si fuera poco, desde hace ya muchos años, hay españoles que hacen lobby a favor de Marruecos, algunos de ellos de forma descarada, y no pocos con segundas residencias en suelo marroquí.
Profundizan en está muy delicada situación, con el riesgo de generar fricciones diplomáticas, los analistas Talib Alisalem, Guillermo Rocafort, Koldo Salazar y Fernando Cocho.
Un programa complicado, que puede traer importantes consecuencias, pero que había que hacer. Cada vez más españoles lo exigían. Aquí lo tenemos.