🍵En los cafés de moda y en los restaurantes más inquietos ha aparecido un polvo verde que amenaza con robar protagonismo al café y al cacao. El té matcha, emblema de la tradición japonesa y símbolo de bienestar moderno, se ha convertido en una nueva obsesión para los consumidores españoles. En los últimos meses su presencia se ha disparado en cafeterías, restaurantes, tiendas gourmet y supermercados. 

🎎Antes de conquistar los escaparates occidentales y los cafés de diseño, fue durante siglos una bebida japonesa sagrada, reservada a monjes y samuráis, que valoraban su capacidad para mantener la concentración sin causar excitación nerviosa. Sus orígenes se encuentran en China, en el siglo VII. Pero en el siglo XII, el monje japonés Eisai se llevó es tradición a Japón, tras un viaje a los templos budistas chinos. En el país del sol naciente el matcha se transformó en algo más que una infusión: se convirtió en un ritual de armonía, respeto y contemplación, núcleo de la ceremonia del té. Los cultivadores nipones perfeccionaron su producción, intensificando su sabor umami y su color esmeralda. 

🗾Desde entonces el matcha ha permanecido ligado a la espiritualidad zen y a la élite japonesa. No sería hasta el siglo XXI, con la expansión de la gastronomía nipona, la popularización de los viajes y el auge global de la vida saludable, que este polvo verde cruzó fronteras para instalarse en tazas y batidoras de medio mundo.