En este último capítulo cierra el ciclo de Ichimoku, el
equilibrio entre nubes compartiendo una reflexión técnica y personal
sobre el papel del trader frente al algoritmo.
Explica cómo ha pasado de programar sistemas automáticos a utilizarlos
como instrumentos de observación, análisis y confirmación, no de
ejecución.
Describe el funcionamiento del CM Ichimoku, desarrollado en MQL5 sobre
MetaTrader 5, un cuadro de mando que escanea decenas de símbolos,
clasifica su clima técnico y alerta mediante colores, sonidos y
pop-ups solo cuando las condiciones son revisables.
El episodio profundiza en la importancia del método, la modularidad y
la disciplina como base de un trabajo sostenible en trading
algorítmico.
Se concluye con una verdad simple: los algoritmos pueden
ahorrar tiempo, pero solo la reflexión y la disciplina dan sentido a
ese tiempo.
“El código no opera por mí; me enseña a pensar mejor el mercado.”