La Biblia nos enseña que Dios es un ser infinito y todopoderoso, grande y temible, el objeto de nuestra alabanza y adoración. Que creó todo lo que existe y quien tiene el control de todas las cosas. Que en Él no hay mudanza ni sombra de variación y que es, además, tres veces santo y no puede ver el pecado ni puede dejarlo sin castigo.

Es imposible poder describir a cabalidad a Dios, pero en este programa intentamos acercarnos lo más posible a una buena descripción de quién es Él.

Satanás no tiene poder sobre los hijos de Dios. Sólo el Señor puede autorizarlo para que nos zarandee, de lo cual hay algunos ejemplos en la Biblia.

Ser entregado a Satanás es muy distinto si somos o no hijos de Dios, pero sea cual sea nuestra posición, siempre traerá sufrimiento; en algunos casos para corrección y en otros para perdición y condenación.

Desde que el pecado entró al mundo el hombre ha sufrido pérdidas y las seguirá sufriendo, incluso la de la vida propia.

Pero El Señor nos ha dado el remedio, por medio de su Hijo Jesucristo quien nos regala la vida eterna sin sufrimiento ni pérdidas.

Vivimos tiempos de daño moral, ausencia de fe e incluso de daño intelectual, pero eso tiene un motivo y más de una explicación en la bendita Palabra de Dios, como también tiene una solución.

Los creyentes podemos llegar al Cielo sólo bajo la reglas de nuestro Creador y estas sólo incluyen a la Ley y la Gracia. ¿Pero es posible llegar mediante ambas?.

Los hijos de Dios tenemos puesta nuestra esperanza en la vida eterna después de nuestra vida actual, y basamos nuestra seguridad en la bendita Palabra de Dios y no en pensamientos ni religiones. Si no fuera así, como lo dice la misma Palabra, seríamos seres dignos de conmiseración.

Jesucristo murió en la cruz por nuestros pecados y luego resucitó venciendo a la muerte. La promesa de salvación que se basa en este sacrificio y redención es una roca inamovible e indestructibe que nos asegura nuestra morada eterna en el Cielo.

¿Has escuchado hablar del Evangelio de la Prosperidad, del Evangelio de la Familia, Etc.,? ¿Cuántos evangelios existen; son todos verdaderos? ¿En cuál de ellos puedo confiar?

Es un serio errore enojarse con Dios porque Él no hace lo que le hemos pedido. También lo es pretender ocultarse de su presencia pues eso parece algo tonto o demuestra ignorancia sobre los atributos de Dios.

Jonás es un buen ejemplo de lo absurdo e inútil que es enojarnos o intentar huir de Dios, como también es inútil negar su existencia pues Él existe igualemente, queramos creerlo o no.

Quien no tiene a Cristo en su corazón, no ha sido convertido, vive en él algún espíritu maligno y su padre es el diablo, así nos lo enseña la Palabra de Dios.

El converso, en cambio, tiene el Espíritu Santo viviendo en él y ha sido sellado por Dios, por lo que no puede ser ya habitado por demonios.

La mayoría de las personas saben que ejercitarse es bueno para el cuerpo y para una vida más sana, pero olvidan o ignoran ejercitarse para la piedad, aunque la Palabra de Dios nos enseña claramente que este último ejercicio es muchísimo más provechoso que el primero.